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Protección pasiva
El conjunto de todos los elementos constructivos que conforman el edificio, y su capacidad para proteger a las personas y a los bienes ante la acción de un incendio, que vendrá determinada por la reacción y por la resistencia al fuego; facilitando la evacuación segura de los usuarios y la actuación de los servicios de extinción y salvamento, se llama protección pasiva contra incendios.
La resistencia al fuego de un elemento constructivo dependerá de su funcionalidad en el edificio, y su grado de resistencia se estimará en el tiempo necesario para que cumpla esa función determinada.
A partir de las normas obligatorias contra incendios, los técnicos especialistas determinan qué elementos constructivos precisan una actuación adicional para que proporcionen la protección pasiva que se le exige por su funcionalidad. Así, por ejemplo, las estructuras de soporte y reparto de cargas (pilares, jácenas, vigas,…) pueden necesitar un recubrimiento especial; los cerramientos pueden necesitar unos materiales y/o grosores especiales, las cubiertas pueden necesitar sectorizaciones para evitar propagaciones, etc.
Las puertas son otros elementos básicos para alcanzar la protección pasiva de un edificio. Toda puerta incluida en una zona sectorizada o de evacuación debe ser resistente al fuego como mínimo la mitad de la resistencia al fuego exigida al cerramiento compartimentador.
Para alcanzar las exigencias de las normas en protección pasiva, INTEGRAS le ofrece soluciones de protección pasiva de incendios.
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